MIÉRCOLES
29 DE ABRIL DE 2020
Hoy antes
de amanecer la lumbalgia me ha levantado y he podido ver como se despertaba un
día luminoso con un cielo azul y sin ninguna nube; un poco de tareas domésticas
y foto al regalo que todos los años me hace mi vecino del sur que deja que
algunas flores de su jardín me invadan y adornen el nuestro, como las azucenas de trompeta (Lilium longiflorum). Las máquinas de los obreros de la construcción
hoy están más ruidosas, así que me pondré un poco de música amortiguadora.
Si el dato
de LETALIDAD de Andalucía es mejor que el de Madrid, convendría ver como
se distribuye entre las ocho provincias porque son muy diferentes. Disponemos
de los datos provincializados desde el principio; por cierto, la información
facilitada por la Junta está siendo puntual e incluso bien presentada. Me ha gustado
especialmente el mapa interactivo regional elaborado por el Instituto de
Estadística y Cartografía de Andalucía con los datos del seguimiento que
realiza la Consejería de Salud (y Familias) donde puede verse el número de contagiados y
fallecidos, municipio a municipio.
La
mortalidad media por millón de habitantes en la región, atribuible a la
pandemia, era hasta el 25 de abril de 136,11 muertos/millón, pero su
distribución por provincias es dispar: Almería(64,25), Huelva(76,78) y Cádiz(82,26),
tres provincias con mucha costa están muy por debajo de la media;
Córdoba(121,48) y Sevilla(121,52) casi con el mismo dato, en el valle del
Guadalquivir y con orografía media , un poco por debajo de la media; Málaga(150,42)
claramente por encima, pese a ser costera, pero con una orografía más abrupta y
sobre todo con un turismo de invierno potente y un gran aeropuerto
internacional; finalmente Jaén(244,87) y sobre todo Granada(254,64), muy por
encima de la media, con orografía abrupta y temperaturas medias más bajas.
Los datos
apoyan mi impresión de que la temperatura más templada ha debido ser un freno a
la expansión del covip-19, coincidente con los resultados de las islas
españolas e italianas o el caso de Murcia o Melilla, pero que la diferente mortalidad
haya sido tan acusada no puede ser atribuida solo a esta o a otras causas de
carácter geográfico o social, sino por
un lado al AZAR de haber tenido casos importados antes como Sevilla, Almería, Málaga
o Jaén o que algo debe haber influido la diversa respuesta sanitaria en cada
lugar y para ello vamos a ver las diferencias en el índice de LETALIDAD, el que
relaciona el número de fallecidos con el de contagiados.
Si la LETALIDAD
media andaluza de fallecidos/contagiados
(confirmados tanto por PCR como con test rápidos, pues no se facilita el dato
separado por provincias) fue del 8,79%, es muy curioso que el mejor dato sea el
de Córdoba(6,77%), seguido por Málaga(8,13%), Cádiz(8,20%), Almería(8,73%),
Sevilla(9,21%), Granada(9,31%), Huelva(9,59%) y Jaén(10,87%). Cuatro provincias
por encima de la media y otras cuatro por debajo. Como cordobés de nacimiento me
alegra el buen dato de Córdoba pues creo
que es la provincia que cuenta con el mejor personal sanitario y la que está mejor organizada de Andalucía no
solo en temas sanitarios, sino en los educativos que conozco un poco más,
favorecida por la posición central de la capital y de su hospital Reina Sofía
que goza de merecido prestigio y de una buena organización, bien apoyado por
dos hospitales comarcales ubicados al
norte y al sur. Pero con ser esto
importante, pienso que la clave no está tanto en la buena organización y capacitación
del personal, que también, sino al hecho
de que el primer caso de Córdoba fue el 10 de marzo, casi dos semanas después
que en otras provincias, con temperaturas más altas de lo habitual, a que la expansión
fue frenada en esa fase inicial por el confinamiento obligado de la población, al
excelente trabajo de la asistencia primaria que se ha revelado como clave a mi
juicio y que probablemente impidió el colapso de las UCIs de Córdoba.
Acabo la
entrada de hoy con la gruesa metedura de pata de Jesús Aguirre que iba de “sobrado”
al principio y confundió deseo con realidad, cuando en rueda de prensa afirmó
el 1 de febrero: “Tenemos perfectamente articulada toda la estrategia si hay
primeros casos, tenemos los sitios donde irían los aislamientos, el estocaje:
mascarillas, guantes, todo preparado que, ojalá, no lo tengamos que utilizar. Todo
el sistema sanitario andaluz está perfectamente engrasado para lo que pueda
venir”, y siendo esta su responsabilidad porque tenía la competencia, el
dinero y un eficaz equipo de compras en el SAS, no lo había hecho y por tanto mintió
y dejó a los sanitarios inermes frente al contagio con la única defensa de su
profesionalidad y entrega y de eso es responsable y también de que cuando su personal desbordado le reclamaba
ese equipamiento, el gobierno andaluz cínicamente y sin ningún pudor
acusaba al gobierno nacional de esa
falta, cuando el Ministerio de Sanidad entra en liza el 14 de marzo para ayudar a las
comunidades autónomas, pero no para sustituirlo en algo tan elemental como la
compra de los equipos de protección. Les faltó la lealtad institucional y visión
de Estado que le sobra al gobierno de España en la gestión de la pandemia y especialmente
al ministro Illa de cuya boca no ha salido ni una queja contra esta actitud.
Gracias,
amigos. Mañana última entrega, creo.
2 comentarios:
Gracias hermano por contar la verdad con arte y detalle y tambien con buenas formas y maneras
Gracias. NOBLESSE OBLIGE
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