Los niños estarán, como media, mucho más seguros en los colegios supervisados por sus profesores que fuera de ellos bajo el control de sus padres o familiares, ese es mi criterio personal y profesional tras leer todos los estudios publicados y mi experiencia. En el anterior artículo traté responder a la pregunta clave que se hacen hoy muchos padres responsables: ¿qué hacer con los niños en este inicio de curso, aparentemente tan confuso?, pero hoy soy aún más concreto y la respuesta es sencilla: lleven a sus niños al colegio, sigan las instrucciones que les dé el equipo directivo del centro que saben perfectamente que es lo que hay que hacer, y sobre todo no corran riesgo de contagio ustedes ni los niños cuando estén con ustedes fuera del colegio.
Si como padres hemos confiado en un
periodo “normal” en un centro educativo, ¿porqué no seguir confiando en el
mismo equipo? cuando además su propia seguridad depende de que adopten las
medidas adecuadas y que básicamente son conocidas por todos: limpieza, distancia
social, higiene y sobre todo mucha aireación. O ¿es que creemos que nosotros
hemos cuidado a nuestros niños con más esmero?.
Todos hemos sido sometidos a una presión inhumana para asustarnos con la
vuelta al cole. Demasiados periodistas venales y políticos irresponsables han
afirmado que no había nada previsto, cuando había planes e instrucciones desde
hace al menos dos meses y que no había coordinación, cuando desde el principio
de la pandemia el ministerio y las consejerías de Salud de las comunidades autónomas se reúnen
formalmente cada semana y tienen un mecanismo de coordinación continuo y el ministerio
y las consejerías de Educación lo mismo.
Los boletines oficiales han publicado los acuerdos de esas reuniones y las
recomendaciones e instrucciones generales y las específicas en estos meses
veraniegos, pero entonces ¿porqué nos asustan?, yo creo que algunos por
inconsciencia, otros por trivialidad o banalidad que han demostrado al apoyar
sus críticas en mentiras que fácilmente hubieran despejado leyendo y finalmente
otros malvados como parte de la estrategia para derribar al gobierno que se ha
fundamentado en la creencia de que una mayoría social que se siente mal porque
no han tomado en su vida ordinaria este verano todas las precauciones posibles
y lo saben, necesitan un chivo expiatorio para su falta y lo han encontrado en el
gobierno.
Quiere eso decir que todo está bien, para nada, hay muchos defectos en todo
lo que se hace, entre otras cosas porque no hay una solución mágica universal
que nos dé unas garantías imposibles y que desde luego la mayoría no hemos
exigido a la hora de divertirnos usando
nuestra libertad este verano, aunque ello haya provocado casi todos los contagios.
Nada tiene que ver lo que se puede hacer en un pequeño centro de preescolar
donde el contacto físico de todos con
todos es inevitable, con el orden y distanciamiento que se puede mantener con
escolares de más de 12 años acostumbrados ya a llevar mascarillas. No es lo
mismo la dificultad que tendrán para organizar todo en los grandes centros
concertados, incluso de más de mil alumnos con comedor, aula matinal,
prolongación, clases y actividades extras y con un complejo sistema de
transporte en autobuses porque recogen alumnos muy alejados, con lo que harán
los dos profesores y 16 alumnos de la sección del colegio rural “La Tiñosa “ en
la deliciosa aldea de Zagrilla en Priego de Córdoba. Por eso es necesario que
los planes sean adaptados en cada centro a su realidad y es de estúpidos pedir que haya un mando
único dirigido por el gobierno, salvo que quien lo diga sea un malvado.
Por si alguien no se fía de mi criterio, termino con algunas conclusiones
del informe elaborado por el European Center for Disease prevention and Control(ECDC),
radicado en Estocolmo y publicado el 6 de agosto para asesorar oficialmente a
las autoridades europeas, pidiendo disculpas por los fallos en la traducción:
- Los únicos países de la UE / EEE (Suecia
e Islandia) que mantuvieron abiertos los preescolares o las escuelas primarias
con medidas de mitigación (por ejemplo, higiene de manos, distanciamiento
físico, quedarse en casa cuando estaban enfermos, etc.) durante su epidemia no
informaron de un mayor número de casos hospitalizados entre los niños, a pesar
de que el brote general fue severo y prolongado en Suecia.
-Es poco probable que el cierre de instituciones educativas y de cuidado
infantil sea una medida de control eficaz para la transmisión comunitaria de
COVID-19 y es poco probable que dichos cierres proporcionen una protección
adicional significativa para la salud de los niños, la mayoría de los cuales
desarrollan una forma muy leve de COVID-19, si la hubiera.
-
La evidencia que existe sugiere
que la transmisión dentro de las escuelas ha sido poco común y si se aplican medidas adecuadas de
distanciamiento físico e higiene, es poco probable que las escuelas sean
entornos de propagación más efectivos que otros entornos ocupacionales o de
ocio con densidades similares de personas.
-Las medidas específicas en las escuelas para
aumentar el distanciamiento físico, mejorar la ventilación y la limpieza, las
instalaciones para lavarse las manos y la provisión de protección personal,
probablemente reducirán la posible transmisión de COVID-19 en las escuelas y además
serán útiles para mitigar el impacto de otras infecciones respiratorias a
medida que se acerque la temporada de otoño e invierno, reduciendo así la
presión sobre las escuelas y la atención médica.
Para
terminar, además de pedir que haya mucha ventilación en las aulas y mucho
tiempo al aire libre, es necesario recordar que queda mucho trabajo por hacer y
que efectivamente esto sí podía haberse
hecho ya, como por ejemplo la necesaria regulación de la conciliación laboral
para permitir a los padres quedarse en sus casas a cuidar de sus hijos si enferman
o tienen que aislarse, sin tener que acudir a la ayuda de los abuelos que seguramente no
sea lo mas conveniente con este virus.
La foto
es una metáfora de que a veces los
caminos rectos son difíciles de transitar y la hizo a principios de este mes mi amigo Santiago
Torres en el exterior del convento del Desierto de San José en Las Batuecas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario