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lunes, 22 de noviembre de 2021

BREVERÍAS 17. YO, VIEJA

 



YO, VIEJA, es un libro que se lee con agrado y de corrido pese a tener un contenido poliédrico. Podría haber sido un ensayo académico  titulado “El camino femenino a la vejez” pues analiza la evolución de la mujer en su largo camino en la vida explicando sus causas, patologías y alternativas. También podría calificarse como un libro de autoayuda para vivir una vejez plena y está lleno de sugerencias, insinuaciones, argucias, inspiraciones, iniciativas, tretas, atrevimientos, trucos y mañas, para que siendo mujer  u hombre puedas ser viejo y disfrutarlo.  Finalmente es un manifiesto feminista para una vejez digna con propuestas, componendas y mañas para la acción que debería ser leído por los políticos, si es que de verdad quieren ayudar a las mujeres a conseguir este objetivo; o también podría servir de base para un manifiesto de lucha organizada de las mujeres.

Amo a las mujeres en general, a unas más que a otras, claro. Fui educado por unos padres que a su manera eran  feministas; crecí rodeado por hermanas celosas de su lugar en el mundo y de hermanos también feministas. Luego disfruté de estudiar Biología con más mujeres que hombres que he reencontrado tras 45 años comprobando que el compañerismo entre hombres y mujeres es real y puede permanecer. Continúo unido a una mujer feminista y antes de casarnos redacté y firmamos en 1975 unas capitulaciones matrimoniales comprometiéndonos a la igualdad entre nosotros, pese a lo que establecían las leyes. He ido envejeciendo mientras vivía sin comprender bien porqué las mujeres que me rodeaban  tenían cada vez más ira e incluso empezaban a ser menos amables y este libro me ha ayudado a comprender que todo es  consecuencia de la histórica situación de injusticia y de abuso en la que han vivido las mujeres y siguen viviendo, aun las que han estudiado carreras universitarias y ejercido profesiones con éxito, pues por regla general todas ellas han postergado sus legítimas ambiciones personales  para ser cuidadoras de sus hijos, maridos, padres, nietos o familiares dependientes, evolucionando de los “seres-para-sí” que querían ser para convertirse en “seres-para-los-otros”.

Las mujeres han sido siempre las cuidadoras universales en nuestra sociedad  y ya están hartas de entregarse a  la causa, pese a hacerlo por amor, sin recibir la mayoría de las veces ni el cariño ni el agradecimiento de los beneficiarios de su entrega, por eso entiendo y el libro de Anna Freixas lo explica muy bien, que la ira y la rabia que sienten las mujeres es su manera de decir: ¡basta!, ¡hasta aquí hemos llegado!.

La autora y yo fuimos compañeros  en la facultad de Educación de Córdoba donde era parte fundamental de  un  grupo académico feminista,  gracias al cual tuve acceso a mucha literatura  escrita por mujeres que me habían pasado desapercibidas,  o mejor dicho, ocultadas, como Doris Lessing o la genial Joyce Carol Oates que nada tiene que envidiar  a Dos Passos o Faulkner. Luego ha capitaneado un potente movimiento feminista en forma de tertulia “Las Frescas. Una habitación propia”  en cuyo grupo fundador también estaba mi hermana pequeña, Esther, y no creo que haya muchas tertulias que tengan el poder de convocar a más de cien personas a oír cosas interesantes y a hablar opinando casi todos los asistentes. Este 25 de noviembre también la encontrarás seguro en la manifestación contra la violencia machista. Es pues una feminista convencida y una intelectual de categoría que todo lo que escribe lo ha pensado y hablado muchas veces con muchas mujeres, así que lo que dice es “el evangelio”.

Los hombres a veces hemos hecho también de cuidadores, pero voluntariamente y normalmente nos lo han agradecido y no es que cada uno de nosotros tengamos que pedir perdón por  ser del género dominante que ha oprimido a las mujeres, pero por lo menos podríamos comprender que las mujeres tienen derecho a estar cabreadas porque lo que se ha hecho con ellas no tiene nombre, no hay derecho y se parece mucho a la esclavitud, por más consentida que muchas prefieren creer que haya sido, para no tener que enfrentarse al dolor profundo de haber sido dominadas y forzadas  hasta situaciones terribles como todavía vemos en medio mundo.

Hay libros  instructivos, otros son entretenidos, algunos resultan útiles. YO, VIEJA es todo eso y además es un libro necesario  para las mujeres si quieren tener una vejez fresca y libre de ataduras culturales que han coartado su libertad, porque cuidar a los demás debe ser una obligación-devoción de toda la sociedad, incluidos los hombres, que también deberíamos leerlo si queremos  aprender a ser unos viejos frescos  y orgullosos dignos de acompañar a las mujeres que queremos. Así que corre a encargarlo a una librería  pues seguro que la cuarta edición ya se habrá agotado cuando llegues.


11 comentarios:

Ángel Fernández Millán dijo...

Magnífica reseña y confesión sobre la responabilidad masculina en la opresión a las mujeres.

Esther dijo...

Muy bien contado, emoción al léete

Juan María Casado dijo...

Gracias, amigo mio.

Juan María Casado dijo...

Gracias

carmen dijo...

Me ha encantado. De tu sobri Keka

Juan María Casado dijo...

Ningún yugo está justificado

Marisol dijo...

Estupendo J.Maria!! Hacen falta
muchos hombres que caminen junto a las mujeres para conseguir cuanto falta por hacer....gracias!

casadca dijo...

Que buena reseña Hernano de Yo Vieja de AnnaFreixas y que bien escribes y cuentas las cosas de nuestra vida en relación al tema del libro, pues nuestra gran familia ha sido sin ninguna duda una fuente de formación e información inagotable en este tema.
Me ha encantado tu referencia a tus compañeros de carrera de Biología en Sevila y la circunstancia de que hubiera más mujeres que hombres ya en aquella época y a vuestra camaradería de entonces y ahora.
Por contraste contigo, yo estudié una carrera, Ciencias Economías en Málaga, 4ª Facultad de Economicas de España, en la que entonces sólo el 12% éramos mujeres y hoy día en cambio, 50 años después, las mujeres que estudian Económicas son mayoría en las más de 90 facultades que hay en España, otro mundo.

Me ha encantado tus referencia a la vejez y al feminismo de la manera en que lo has hecho y el reconocimiento al libro de Anna como guía a seguir para tener una vejez saludable.
Enhorabuena
Tu hermana la más vieja de todos

Unknown dijo...

Juan me ha gustado tu reseña, sencilla y clara. La pasaré a mis contactos y compraré el libro

Juan María Casado dijo...

Muchísimas gracias, siempre has sido un ejemplo para los más "pequeños". Besos

Juan María Casado dijo...

Muchas gracias.