SUECIA 11

 

Son las  21 horas del 18 de julio y la temperatura en el jardín es de 22 ºC y casi en calma, una ligera brisa. Ha sido un día de buenas noticias pues mi sobrina Nanda ha tenido  bien a su segundo hijo en Córdoba, por lo que estamos de enhorabuena toda la familia.  Ha sido el tercer día claramente de calor con temperaturas oficiales por encima de los 27 ºC, de hecho el termómetro del coche marcaba 37ºC cuando lo hemos cogido para ir a la playa cercana en el lago Ekoln. Las noches son frescas pero la inercia térmica de la casa  y que es mejor no abrir mucho las ventanas para airear por los mosquitos que son bien grandes, en el interior se duerme bien pero yo al menos sudo un poco.

 

Me encanta levantarme temprano a las siete de la mañana cuando el sol lleva ya 3 horas fuera pues apaetece estar en el jardín disfrutando del fresco, menos de 15ºC. Cuando los jóvenes , cerca del mediodía, han aparecido nos hemos ido a la playa, zona de baño, más cercana, la  de Sunnerstabadet que estaba muy concurrida, yo diría que casi completa, familias que han llegado en coches o bicicletas, la mayoría puestos al sol  y nosotros buscando la sombra,  disfrutando del espacio libre y de un largo embarcadero de madera con escaleras para bajar al agua dulce que está ligeramente coloreada sin llegar a oler a cenagosa. . También se puede acceder directamente pues han hecho un pasillo entre los nenúfares florecidos para facilitar el acceso. Está prohibido tirarse de cabeza pero lo he hecho de pie como la mayoría de los jóvenes, je, je, je, pues las escaleras metálicas estan resbaladizas y me dan más miedo.

Hoy hemos comido en el jardín una rica barbacoa gracias a mi yerno que es un experto, acompañada con lechuga de la Universidad de Uppsala y patatitas nuevas. Luego apetecía un rato de siesta , después hemos ido a comprar y luego he limpiado un poco el coche. La mayoría se han ido a ver la puesta de sol en el lago y los juanes nos hemos quedado aquí. La foto es de un insecto curioso, me parece una Crisopa que ha caído del roble, los mirlos han cantado un rato y ya  están en silencio. En el tejado se ha posado un arrendajo que luego ha salido volando y en un pino subía un pico picapinos mientra comía insectos. 

Cosas del atardecer eterno y aquí estaré  regando hasta que los mosquitos me molesten y me encierre en la casa.